La ciencia que estudia el lenguaje corporal se
conoce como: quinésica, la cual estudia el significado expresivo o
comunicativo de los gestos y movimientos corporales percibidos por los sentidos
visual, auditivo o táctil de acuerdo a la situación.
El lenguaje corporal ha sido estudiado por mucho tiempo y de acuerdo a la opinión de profesionales en psicología y sociología, delata diferentes sentimientos y expresiones que no se logran decir con palabras, pero que se demuestran con el comportamiento físico.
Podemos intentar ocultar nuestros sentimientos, pero nuestro lenguaje corporal nos delatará en un instante. El 93% de la comunicación es no verbal (las sonrisas, las miradas, los abrazos, la indiferencia) todos forman parte del orden del lenguaje corporal.
También pueden ser transmitidos por medio de nuestra postura, el contacto visual, la comunicación de objetos tales como ropa, o peinados. La comunicación no verbal juega un papel muy importante en el diario vivir de la gente
Por
eso es muy importante transmitir lo que sentimos realmente, ya que no hay una
segunda oportunidad para brindar la primera impresión. El lenguaje
corporal se manifiesta en el gesto, el cual al dominarlo se le
aporta un valor agregado a la expresión mientras se desarrolla la
capacidad entender e influir en los demás.
No
existen normas rígidas sobre lenguaje corporal; una mirada obvia
puede delatar una mentira o timidez. Para leer el lenguaje corporal hay
que tener interés en interpretarlo.
El
primer aspecto es tener claro si un movimiento es consciente o inconsciente,
hay factores que no se pueden controlar como el sudor o ponerse colorado.
Existen
algunas reglas del lenguaje corporal:
El buen observador
ve lo que nadie ve oculto detrás de las palabras. Una persona honesta contesta
enseguida, habla en primera persona y no lo incomodan los silencios. El
lenguaje corporal del mentiroso es el gesto excesivo o la represión para no ser
descubierto. El mentiroso sobreactúa, mira fijo o ríe en exceso.
Las posturas tensas
o tocarse la cara pueden ser señales de ansiedad. Un pionero del lenguaje
corporal fue Chaplin junto a otros artistas del cine mudo. En un
mensaje el impacto verbal incide sólo en un 7%, el tono y los matices en un 38
%; mientras que el 55 % es lenguaje no verbal: para lanzar una
mirada que mata no hace falta abrir la boca.
Raíces genéticas y
culturales
Es difícil determinar
exactamente cómo se hereda o aprende un sistema de comunicación. Darwin creía
que las expresiones faciales de la emoción eran semejantes en todos los
humanos, cualquiera que fuese su cultura. Se considera que existe un acuerdo
general dentro de determinada cultura para reconocer distintos estados
emocionales. El cerebro humano está programado para levantar las comisuras de
la boca cuando se sienten felices y volverlas hacia abajo cuando se hallan
descontentos; según la sensación que llegue al cerebro fruncirá la f rente,
levantará las cejas o alzará un lado de la boca. El trabajo de diversos
investigadores demuestra que podemos heredar en nuestra constitución genética
ciertas reacciones físicas básicas. Nacemos con elementos de un lenguaje
corporal. Podemos dar a conocer a otro ser humano sensaciones básicas de odio,
miedo, agrado o tristeza sin haber aprendido nunca cómo hacerlo. Esto no
contradice el hecho de que debemos también aprender muchos gestos que
significan algo en una sociedad y algo distinto en otra. Las señales sonoras
innatas del ser humano permanecen y conservan importantes roles. A diferencia
de los signos verbales, surgen espontáneamente y significan lo mismo en todas
las culturas. El grito, el sollozo, la risa, el rugido, el gemido y el llanto
transmiten mensajes a todos en todas partes. Como los sonidos de otras especies,
estos signos están relacionados con los estados emocionales fundamentales y dan
una impresión inmediata del estado de quien los emite. El ser humano ha
conservado sus expresiones instintivas: la sonrisa, la risa, la mirada fija, la
cara asustada y el rostro adusto son señales propias de la especie. Dela misma
manera, tales indicios son comunes a todas las sociedades y persisten a pesar
de la asimilación de muchos otros gestos culturales. Los sonidos y gestos
básicos de la especie se originan durante las primeras etapas del desarrollo de
la persona. El llanto no sólo es la primera señal que damos de nuestro estado
de ánimo, sino también la señal más fundamental, compartida con millares de
otras especies. Existen expresiones y normas que varían con la cultura, las
cuales se aprenden durante los primeros años. Esas normas determinan lo que se
debe hacer frente a la manifestación de cada sensación o sentimiento en los
diversos ambientes sociales.
El
lenguaje corporal como sistema de signos
El cuerpo: en la expresión
corporal iniciamos el proceso aprendizaje a partir de la conciencia del propio
cuerpo, él contiene una persona que siente, que percibe, que se expresa, y se
comunica consigo mismo y con los otros.
Estas características
particulares y personales es lo que hacen que el cuerpo se distinga de otro y
desde ese lugar pueda expresar su singularidad.
El lenguaje corporal concibe
al ser humano como una entidad en constante desarrollo, fomentando y
estimulando la capacidad de expresarse y comunicarse a través del
movimiento.
ü Tono
muscular: Indica el grado de tensión de un músculo, ya sea en reposo o en
actividad en la quietud o el movimiento. En la expresión corporal tendemos a la
búsqueda de control y el manejo de la energía, aprendiendo a regular el tono
muscular y a imprimirle al movimiento la tensión adecuada.
ü Esquema
corporal: una intuición global o conocimiento inmediato que nosotros tenemos de
nuestro propio cuerpo, tanto en estado de reposo como en movimiento, en
relación con sus diferentes partes y, sobre todo, en relación con el espacio y
con los objetos que nos rodean.
ü Imagen del cuerpo: como decíamos
anteriormente en el esquema corporal alude al contorno del cuerpo, o sea al
espacio que ocupa, pero la imagen de nuestro cuerpo se expande más allá de esos
límites, se extiende en el espacio y el tiempo. La imagen que tengo de mi
cuerpo no sólo depende de la representación, sino que también está representado
por la imagen que los otros me devuelven de mi mismo, donde el papel emocional
juega un rol el muy importante.
Cómo
reconocer el carácter a través del lenguaje corporal.
Autoconfianza
Cuando nos
encontramos frente a una persona que tenga confianza de sí misma, esto se verá
reflejado en sus actitudes. Es así, que éstas personas mientras hablan,
mantendrán intermitentemente el contacto visual. También mantendrán una
distancia prudente y su postura corporal reflejara relajación. Tanto sus
piernas como sus brazos estarán en una posición ligeramente abierta, lo que no
solo demostrará confianza sino también apertura. Sus gestos serán sutiles y
transmitirán tranquilidad.
Sumisión
Sumisión
Las personas
sumisas son las que son más fáciles de detectar. Ellas nos transmitirán desde
un inicio su inseguridad. Se sentarán en el borde de la silla y establecerán
escaso contacto visual. La risa nerviosa aparecerá frecuentemente así como
también la aceptación casi incuestionable de todo lo que los demás dicen.
Cuando hablan, se taparan parcialmente parte de su boca o rostro.
Inseguridad
Las
personas inseguras se mostrarán nerviosas a medida que se desarrolla la
conversación. Las manos en los bolsillos y el escaso contacto visual, son dos
parámetros que nos permitirán detectar este tipo de personas. Jugar con el pelo
y las uñas mordidas también son signos de inseguridad. Estas personas suelen
estar en continuo movimiento, incluso cuando están sentados mueven los pies o
las piernas.
Agresividad
Las
personas agresivas suelen tratar de ocultar su reactividad ante los demás, sin
embargo, existen ciertos rasgos que escapan a este intento. Los puños cerrados
y la postura corporal rígida son signos clásicos de estas personas. La
distancia que mantienen es escasa y tratara de mantener el contacto visual en
forma prolongada. Cuando discute con los demás suele señalar con el dedo índice
y hacer un movimiento con éste.
Manipulación
Manipulación
Los
manipuladores trataran de ganar tu confianza, por lo que utilizarán todas las
herramientas disponibles para lograr este propósito. Su tono de voz reflejara
dulzura y sus gestos serán exagerados. Sus movimientos son sobreactuados y
tratará de acercarse y tener cierto contacto físico, como por ejemplo, tocar tu
mano o colocar su mano sobre tu hombro. Tratara de manejar la conversación de
forma de conseguir su objetivo.
Desinterés
Cuando nos
encontramos con una persona que no está interesada, encontraremos signos claros
que nos permitirán detectarlo. Hace ruidos con los dedos o con los pies, mira
continuamente el reloj o la ventana, no establece contacto visual con nosotros.
Coloca sus manos en la cabeza o en la cara y refleja ansiedad por que la
situación termine lo antes posible.
Interés
A
diferencia de la persona desinteresada, la persona que muestra una actitud de
interés, mantendrá el contacto visual y tratara de imitar tu postura. Los
brazos y los pies los mantendrá ligeramente abiertos denotando apertura.
Tratara de intervenir en la conversación tantas veces como considere prudente.
También tratará de mantener una distancia prudente.
USOS Y TIPOS
USOS Y TIPOS
Habitualmente para comunicarnos utilizamos una serie de elementos que apoyan nuestras ideas y le dan significado a lo que expresamos. Estos factores se enmarcan dentro de lo que no es verbalizado por el lenguaje hablado. Son los que se presentan a continuación:
Lenguaje Corporal
Son los gestos, movimientos
del cuerpo, postura del mismo y las expresiones faciales que utilizan los
hablantes, sean consientes o inconscientes.
Lenguaje Paralingüístico
Lenguaje Paralingüístico
El aspecto paralingüístico
del lenguaje se refiere a sus componentes no verbales. Incluye, por ejemplo, el
volumen, el tono y el ritmo con el que hablas, así como formas de comunicación
acústica no estrictamente verbal (risas, suspiros).
Lenguaje Proxémico
Es el uso que se le da al
espacio físico donde se desenvuelve el hablante y también a la percepción que
éste tiene de su entorno cercano.
Es la cercanía o distancia
que se tiene al comunicar, cuán lejos o próximo se está del otro y esto depende
del grado de confianza y del tipo de interacción que se quiera entregar. De
esta forma será distinto el acercamiento entre dos amigos que dialogan y se
conocen, que un emisor hablando a un grupo de oyentes en una conferencia, donde
estará en un o escenario lejano al público.
Las principales y más
estudiadas fuentes del lenguaje corporal han sido las siguientes:
La postura corporal
La posición del cuerpo nos
va a dar señales sobre la predisposición o no a la interactuación entre
interlocutores; por ello se habla de posturas abiertas o cerradas. Una posición
frente al interlocutor es abierta cuando hay un contacto y una disposición de
entrega; es una posición avanzada, donde no se ponen barreras al intercambio.
Por el contrario, encontramos como ejemplo de postura corporal cerrada, aquella
en la que uno de los interlocutores ofrece una posición desplazada o invertida
y se cruza de brazos o de piernas, impidiendo la entrada o acercamiento del
otro, y ofreciendo una actitud de desinterés o desconfianza.
El ángulo u orientación del
cuerpo también nos va a indicar distintos tipos de implicación. Dos personas
con intención de competir, normalmente se situarán una frente a la otra; si lo
que pretenden es cooperar, se sentarán una junto a la otra y la orientación
idónea para conversar, será sentarse formando un ángulo recto.
También es importante
observar el movimiento del cuerpo. Es claro que unas personas son más dadas a
la expresividad gesticular que otras, pero es esencial mantener una cadencia
congruente con el contexto verbal. Un exceso de gesticulación podría hacer
perder el hilo de la conversación y provocar nerviosismo o distracción en el
interlocutor, del mismo modo que un defecto de gestos acompañantes del verbo, podrían
dotar de un excesivo formalismo y seriedad a la conversación.
Los gestos
Existe un tipo de gestos,
llamados “emblemas”, que pueden ser fácilmente reconocidos porque,
sencillamente, significan palabras. Pongamos por ejemplo el gesto de mover la
cabeza de un lado a otro, que todos entendemos como un “no” más o menos
rotundo, o aquel de agitar una mano en señal de despedida. Otro tipo de gestos
son los llamados “ilustradores”, que no significan o están íntimamente
asociados a una palabra, sino que la acompañan.
Vamos a ver ahora los
principales instrumentos de gesticulación del cuerpo, junto con posibles
significados de los gestos con que se ilustran actitudes o palabras:
Las manos
En relación a los gestos
realizados con las manos (dedos, mano o brazos enteros), hay dos
clasificaciones muy sencillas (pero no por eso menos importantes): los gestos
ilustradores y los gestos manipuladores.
Los brazos
El
cruce de brazos es un gesto muy frecuente. Es una forma de protegerse y pone
una barrera frente a los otros. También puede indicar superioridad,
acentuándose cuando la persona cruza los brazos manteniendo los pulgares hacia
arriba.
El
cruce parcial de brazos (sujetarse un brazo con una mano) o el hecho de
mantener unidas las manos, también son barreras sociales que indican falta de
seguridad y de confianza en uno mismo. También hay gestos de disimulo que
sugieren un cruce parcial de brazos, como son tocarse el reloj de pulsera o el
puño de la camisa del otro brazo, sostener un bolso entre los brazos o mantener
cualquier objeto entre las manos; gestos que implican mantener los brazos en
forma de barrera dando sensación de seguridad y ayudando a disimular el
nerviosismo.
Las piernas:
El
cruce de piernas tiene el mismo significado de defensa y protección que el
cruce de brazos. Una variante del cruce de piernas estándar, el “cruce
americano”, que consiste en apoyar en una pierna el tobillo de la otra. Este
cruce también impone distancias al interlocutor y refleja una actitud de
competencia o discusión.
Un
cruce de piernas acompañado por el balanceo de uno de los pies, expresa una
actitud de aburrimiento y nerviosismo por impaciencia.
La
postura de colocar las piernas encima de una mesa indica defensa del propio
territorio, superioridad, actitud dominante.
Analizamos las tres
posiciones básicas de la cabeza: la primera es con la cabeza hacia arriba o
“directa”, e indica una actitud neutral con respecto al otro. La segunda es la
cabeza inclinada hacia un lado, e indica interés por lo que se escucha del
otro. Y la tercera, con la cabeza hacia abajo, señal de negatividad y
oposición.
La expresión facial: El
rostro es una de las principales fuentes del lenguaje corporal. Diversas
investigaciones han llegado a la conclusión de que son seis las expresiones
faciales principales, las que demuestran emociones como alegría, tristeza,
asco, enfado, temor y asombro; éstas pueden ser reconocidas como universales.
Otras, más específicas y dependientes de la persona que las realiza, emiten la
intensidad de las emociones o señales sobre el estado de ánimo.
La mirada
Aunque forma parte de la expresión facial, la
mirada juega, por sí sola, un papel importantísimo en la comunicación no
verbal.
Sólo cuando dos personas se
miran directamente a los ojos existe una base real de comunicación, pero pueden
existir miradas variantes dependiendo de la relación entre esas personas y el
tipo de comunicación que se entabla entre ellas.
La mirada, el movimiento de
los ojos, además de proporcionar una gran cantidad de información sobre el otro,
refleja una amplia gama de expresiones y sentimientos humanos.
Las
personas que dicen la verdad se “ponen de frente” sin dudar. Los mentirosos
tienden a evitar la alineación frontal directa, y usualmente se sentarán con
sus brazos y piernas cruzados, como si estuviesen congelados.
Para
distanciarse psicológicamente del “cuento chino”, el mentiroso usará con
frecuencia pronombres imprecisos como “ustedes”, “nosotros” y “ellos”.
Cuando
las personas dicen la verdad, usualmente hacen gestos con las manos que
enfatizan y coinciden el ritmo de su discurso, una condición natural cuando
estamos convencidos de lo que estamos diciendo. Las personas poco sinceras
controlarán mucho más sus manos.
Los
mentirosos más experimentados no sudarán ni una gota, pero el resto de nosotros
tendemos a ponernos nerviosos al mentir. En ese caso, nuestros ojos pueden
moverse mucho, tener un tono de voz más agudo que de costumbre, enrojecernos o
respirar más profundamente.
La técnica Reid: esta
técnica es un interrogatorio en nueve fases utilizada a nivel mundial para
descubrir mentiras. El objetivo es “llevar” al mentiroso hasta un punto en el
que no le queda opción más que aceptar su culpabilidad.
Ø Los
mentirosos tienden a pedirte que repitas la pregunta, iniciando sus respuestas
con “¿Quieres que te diga la verdad?” o “Para serte sincero…”. Las respuestas
evasivas también deberían despertar tus sospechas.
Ø El
teléfono tiende a facilitarle el trabajo a los mentirosos. En un estudio hecho
a 30 Universitarios, se observó que el teléfono era el medio preferido para
decir mentiras, casi en un 37%; dejando 27% al “cara a cara”, 21% en Chats y
apenas 14% por email. No es de extrañar, pues las conversaciones telefónicas no
permiten detectar el lenguaje corporal y no dejan evidencias como los correos
electrónicos.
Ø Un
mentiroso puede que no haya pensado en todos los detalles de su historia. Si
crees que te mienten, indaga sutilmente los detalles.
Ø Cuando una persona miente, las pausas entre
cada palabra que dice aumentan sensiblemente.
Ø El
mentir pone a la gente ala defensiva. Mientras una persona sincera está
dispuesta a cooperar y dar explicaciones, un mentiroso se pondrá a la defensiva
y será menos cooperativo.
Ø Cuando
una persona dice la verdad, es perfectamente posible que diga sus razones con
una o verias imperfecciones; en ese caso, no tendrá problema en reconocerlas y
reexplicarlas. Un mentiroso tendrá problemas en admitir tales “pequeñas
imperfecciones”, y no estará dispuesto a explicarlas.
Ø Algunas
personas tienen la costumbre de dudar antes de hablar, en cualquier
circunstancia; es como si pensaran siempre sus respuestas. Si de repente
responden sin dudar, es una señal de alerta.
Ø Atención
con los “errores” al hablar, como por ejemplo, confudir una palabra por otra.
generalmente decimos, jocosamente “Te traicionó el subconsciente”. Esos
pequeños deslices puede que sean más ciertos de lo que crees.
Ø Las
personas que dicen la verdad usan la totalidad de sus músculos faciales; los
mentirosos sólo sonríen con sus bocas, sus ojos no reflejan sus emociones.
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